Como una señal destinada a ratificar las palabras con hechos, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, que la semana pasada debió cancelar su viaje a la cumbre del Foro Económico Mundial en Davos, Suiza, debido a una crisis de hipertensión, hizo su reaparición pública después de afirmar durante el fin de semana, que su salud “está perfecta”.
El mandatario brasileño debió guardar reposo desde el pasado jueves y durante el fin de semana fue sometido a extensos chequeos, para verificar su función salud en general. Durante esos días el presidente Lula da Silva trató de mostrarse para las cámaras, para evitar especulaciones.
Además, el mandatario hizo igualmente su programa de radio titulado "Café com o Presidente", donde afirmó que no disminuirá su ritmo de trabajo en su último año de gobierno. La analistas y los medios brasileños estiman que la ausencia de Lula da Silva de muchas actividades públicas o una disminución en el ritmo de sus viajes dentro de Brasil, podría afectar la campaña de la pre-candidata oficialista, la ministra de la Casa Civil, Dilma Roussef.
Esta misma semana el presidente brasileño tiene previsto viajar a Sao Paulo, Rio de Janeiro y Rio Grande do Sul. A mediados de febrero Lula da Silva tiene en agenda viajar a México, El Salvador, Cuba y Haití, en tanto que en marzo asistirá a la asunción del presidente electo de Uruguay, José Mujica, y luego viajará a Medio Oriente.
Durante su programa de radio que se emitió al comienzo de la corriente semana, Lula da Silva afirmó que "si el gobierno, que está en su último mandato, comienza a aflojar la agenda, da la impresión de que el gobierno acabó, pero falta un año de gobierno. Entonces yo, que soy el jefe, tengo que trabajar más".
Igualmente, el presidente Lula da Silva, de 63 años, dijo que tomará cuidados aunque no reducirá el ritmo de trabajo. “Me voy a cuidar, pero voy a continuar trabajando porque el presidente no se puede quedar en Brasilia, tiene que recorrer Brasil, visitar obras, inaugurar, dar órdenes de servicio, ese es mi papel. Obviamente puedo hacerlo con un poco más de cuidado", sostuvo.
El presidente Lula da Silva pasó el fin de semana descansando en su apartamento en la ciudad de Sao Bernardo do Campo, en Sao Paulo y luego regresó a Brasília.