El Salvador vive momentos dramáticos con 130 fallecidos y 10.348 afectados por las intensas lluvias y deslizamientos que provocó el huracán Ida.
El presidente, Mauricio Funes, decretó el domingo un estado de “emergencia nacional” en el país, para destinar todos los recursos a las víctimas. El país también espera recibir ayuda extranjera para hacer frente a los daños, según el periódico salvadoreño La Prensa Gráfica.
Funes dijo que su gobierno “no dará excusas ni dejará sola a la población que ha sido afectada por los estragos”, según informó la Presidencia de El Salvador. El mandatario agregó que en apenas cuatro horas, se acumuló “mucha más agua que en el huracán Mitch”.
Un conteo preliminar de la oficina de Protección Civil indicó que además de los muertos y desplazados, hay “1.570 casas dañadas, 209 viviendas destruidas y 1.835 viviendas afectadas”, según La Prensa Gráfica. Además, hay “356 árboles caídos, 28 postes afectados y 13 inundaciones graves”.
El director de Protección Civil, Jorge Meléndez, dijo al periódico que “las lluvias causaron 108 deslizamientos de tierra en distintos cerros o montañas del territorio”.
Hay carreteras bloqueadas, viviendas destruidas y personas conmovidas por la tragedia que de forma improvisada intentan velar a sus muertos. También están aquellos que buscan desesperadamente a seres queridos que desaparecieron.
"Vivimos una verdadera emergencia. Jamás había visto tanta desgracia en tan pocas horas", declaró a la agencia de noticias AFP el agente de la Policía Nacional Civil (PNC), José Carlos Jaimes.