Entre aplausos, vivas, cantos de "Tú eres Pedro" y otras muestras de cariño, el Papa Benedicto XVI se despidió este jueves de su diócesis integrada por obispos y sacerdotes de Roma, pero les aseguró que a pesar de quedar oculto para el mundo siempre estarán unidos en espíritu y oración.
El Papa ofreció un último discurso, de una hora de duración, sobre el Concilio Vaticano II y resaltó la gran importancia para la Iglesia, así como los documentos fruto de estas reuniones.
De igual manera remarcó que el compromiso de la Iglesia hacia el tercer milenio todavía no se ha completado y que aún queda mucho por hacer. Aunque destacó el ecumenismo, la potenciación del diálogo con otras iglesias y con otras religiones, especialmente con la judía logrados en los últimos años.
A su despedida los aplausos no dejaron de sonar hasta que el Papa pidió silencio para rezar un Padre Nuestro.
Al mismo tiempo el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, informó que Joseph Ratzinger se retirará al monasterio de monjas de clausura "Mater Ecclesiae", situado en el interior del Vaticano, acompañado de toda su familia pontificia, que incluyen a su secretario del y prefecto de la Casa Pontificia, Georg Ganswein, y las cuatro laicas consagradas de la comunidad "Memores Domini" que cuidan del Papa.
El Papa dejará de ser Papa el 28 de febrero a las 8 pm., cuando pierda la infabilidad pontificia. A partir de ese momento y hasta que el cónclave decida quién será el sucesor de San Pedro se entra en la llamada "sede vacante" en la que el cardenal camarlengo, Tarcisio Bertone, se hace cargo del gobierno temporal de la Iglesia.
