Fiscales en Oakland que investigan el incendio en una bodega el viernes pasado, en el que murieron 36 personas, anunciaron que es posible que presenten cargos criminales.
La fiscal de distrito del Condado Alameda, Nancy O'Malley dijo el lunes que su oficina ha comenzado a investigar el caso y aún no ha determinado si que ocurrió un delito criminal. Pero, señaló que de ser así, los cargos podrían ir desde homicidio culposo a homicidio involuntario.
Entretanto, el alguacil del Condado Alameda, Gregory Ahern, dijo que sus agentes no creen que se encontrarán más víctimas. Las autoridades han identificado a 11 de las 36 víctimas encontradas.
Los investigadores de la oficina de la fiscal de distrito están asegurándose de que los equipos que están haciendo la limpieza del lugar no contaminen la evidencia que podría ser usada en una potencial investigación criminal.
Melinda Dayton, una funcionaria local, dijo que "será un largo y arduo proceso, pero queremos asegurnos que respetamos a las víctimas y sus familiares y la seguridad de los bomberos".
El lugar del siniestro estaba bajo investigación por violación a los códigos municipales.
El espacio estaba autorizado solo como bodega y los vecinos constantemente se quejaban de que había gente viviendo ilegalmente en el lugar.
Las autoridades no han dado información sobre la pareja que operaba el establecimiento, y que han sido identificados como Derick Ion Almena y Micah Allison. Se cree no estaban presentes en el momento del incendio.
Este lunes, el presidente Barack Obama y el gobernador de California, Jerry Brown, expresaron sus condolencias a los familiares de las víctimas y a los residentes de Oakland.
Obama dijo que "mucha gente, incluidos jóvenes hombres y mujeres con todo el futuro por delante han perdido trágicamente sus vidas", y agradeció a los bomberos y personal de emergencia que trabajó en la recuperación de los restos de las víctimas y atendiendo a los heridos.
El presidente dijo que su gobierno está en estrecho contacto con las autoridades locales y estatales para asegurar que tengan todo lo necesario a medida que siguen las operaciones de respuesta y la investigación de la causa del incendio.
El edificio había sido convertido en un estudio de artistas, que visitantes y exinquilinos describieron como una trampa mortal, llena de escombros de madera, desordenas instalaciones eléctricas y de solo dos salidas.
La conflagración atravesó un almacén improvisado como discoteca. “La búsqueda de los escombros en el edificio llevaría días”, dijo la jefe de bomberos de Oakland, Teresa Deloach Reed.
El siniestro se convierte en uno de los incendios más mortales en los Estados Unidos en la última década
