La ministra de Finanzas de Francia, Christine Lagarde, asegura que las actuales huelgas contra las reformas del sistema de jubilación del país cuestan alrededor de $560 millones de dólares cada día.
El perjuicio que están causando las protestas a los planes del gobierno de aumentar la edad de jubilación de 60 a 62 años se extiende más allá de los costes directos.
Según interpreta Lagarde, las protestas en todo el país están dañando la imagen de Francia en el exterior. "También hay un peligro moral: el atractivo del territorio francés está en juego cuando ves imágenes como esas", afirmó la ministra.
Tras dos semanas de manifestaciones, el país continúa con una escasez de gasolina permanecen cerradas las doce refinerías francesas y una cuarta parte de las gasolineras del país, debido a la falta de combustible.
El Senado aprobó la reforma que ya había recibido el visto bueno de la cámara baja. Mientras, los legisladores de ambos cuerpos buscan acordar la versión definitiva, para intentar hacer las votaciones finales de ratificación.
El presidente Nicolas Sarkozy insiste en que la reforma jubilatoria es necesaria para impedir el colapso del sistema.
