Roberto Micheletti suspendió por 45 días las libertades individuales cruciales y garantías contenidas en la Constitución y que permiten a las autoridades prohibir cualquier reunión pública, arrestar a la gente sin necesidad de una orden judicial y cerrar temporalmente los medios noticiosos que alteren la “paz y el orden”.
El gobierno interino señaló en un comunicado que se impusieron las medidas ante “llamados públicos a la insurrección del señor Manuel Zelaya y para evitar afectar a las grandes mayorías de la población que no están comprometidas con los grupos de manifestantes violentos afines al ex presidente”.
El depuesto presidente Manuel Zelaya, quien continúa en la embajada de Brasil, en Tegucigalpa, denunció que en Honduras hay una “brutal represión”.
Zelaya explicó que la policía entró la madrugada del lunes a dos medios afines, Radio Globo y canal 36 de televisión, y arrestó a su personal.
El gobierno de Micheletti procedió a la expulsión de funcionarios de la Organización de Estados Americanos y advirtió a Brasil sobre “medidas” en el marco del derecho internacional si no entregan a Zelaya, quien permanece en la misión diplomática en calidad de invitado.
El presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva respondió en rueda de prensa, en isla Margarita, Venezuela, a la posición de las autoridades de facto en Honduras, que “no acata ultimátum de golpistas” y calificó al presidente Roberto Micheletti como un “usurpador del poder”.
Zelaya opinó que el amparo concedido por el gobierno de Brasil “sólo protege al presidente legítimo hondureño y allana el diálogo por la democracia”.
Zelaya dijo desde el interior de la embajada de Brasil, que “hay una represión brutal contra el pueblo”.
Los zelayistas continúan mientras tanto con manifestaciones callejeras por 93 días de oposición.