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Cuba autoriza viaje de Hilda Molina a Argentina


Hilda Molina flew to Argentina, quickly taking advantage of the communist government's surprise decision to let her leave the island after years of rejecting her requests.
Hilda Molina flew to Argentina, quickly taking advantage of the communist government's surprise decision to let her leave the island after years of rejecting her requests.

Hacía quince años que la neurocirujana cubana Hilda Molina reclamaba a las autoridades de Cuba la autorización para viajar a Argentina, donde reside su familia.

Enferma y con 66 años, Molina dijo que lo único que quería era reunirse con su madre, su hijo y sus nietos de 8 y 13 años que todavía no conoce.

En mayo, Molina escribió en su blog: “El pasado 14 se cumplieron quince años de permanecer separada por la fuerza de mi único hijo, castigo este que con demencial crueldad me impone el gobierno cubano”.

Ahora Molina recordará el 11 de junio como la fecha en la que, tras la espera y el dolor inflingido por la separación, finalmente le otorgaron la autorización para viajar.

"Estoy como en una irrealidad, me enteré hoy por la mañana, tuve que en pocas horas hacer todos los trámites juntos para poder salir mañana", dijo Molina al periódico argentino La Nación.

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Molina dijo que la autorización para viajar es por 30 días con derecho a prórroga.

En la entrevista con La Nación, ella dijo que considera que la dejaron salir de la isla ya que saben que su madre está gravemente enferma y pide por ella.

Agregó que volverá a Cuba y espera que su madre se reponga para volver con ella.

Molina dirigía el Centro Nacional de Restauración Neurológica de La Habana. Según la biografía publicada en su blog, en 1993 fue elegida diputada al Parlamento cubano “por sus méritos científicos”.

Sin embargo, en 1994 renunció por decisión propia “a todo lo que la vinculaba al régimen cubano, incluso a su condición de diputada”.

Molina tomó esta decisión ya que, según su blog, “el gobierno se proponía convertir el Centro fundado y dirigido por ella, en una institución exclusiva para extranjeros que pagaran en dólares, con la subsecuente discriminación de los pacientes cubanos”.

El gobierno de Fidel Castro la consideró como una traidora y ella fue cesada de la dirección del centro, según el periódico El País de España.

La doctora no cree que el permiso para viajar implique un cambio en la postura del gobierno cubano. Fue una situación de “emergencia”, según dijo a La Nación.

Lo que ella realmente desea, según dijo, es que algún dia pueda ser como otras abuelas que van a visitar a sus nietos todas las Navidades.

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