Un jugador de fútbol de la Universidad Estatal de Ohio que había desaparecido el miércoles luego de enviar mensajes de texto a sus padres fue encontrado el domingo en un contenedor de basura con aparentes muestras de haber cometido un suicidio.
El jugador de los "Buckeyes" de Ohio, Kosta Karageorge, de 285 libras y 1.95 mts. de altura, envió un último texto a su madre, Susan, en que se disculpaba por “la vergüenza” que sentía por todas las contusiones cerebrales “que tienen mi cabeza hecha m…”.
El miércoles salió de su apartamento, a menos de una manzana del campus, vestido todo de negro. No llevaba ni su motocicleta ni su billetera. No llegó al entrenamiento del día siguiente ni tampoco al juego final de local contra sus archirrivales de Michigan.
Cuando el nombre de Karageorge fue mencionado, el estadio quedó en silencio al aparecer el rótulo de “desaparecido”.
Una mujer y su hijo que buscaban algunas cosas en el contenedor encontraron el cuerpo del jugador el domingo en la tarde y luego contactaron a las autoridades. El cuerpo fue identificado por los tatuajes.
Su madre confirmó a las autoridades que el joven sufría contusiones y confusión durante su corta carrera. De igual manera, su hermana Sophia, dijo al New York Times que las contusiones cerebrales le hacían sentir diferente, confundido, desorientado, incapaz de poner atención y sufría de cambios de humor.
El jugador era originario de Bielorusia pero había crecido en Ohio.