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Ultraderecha francesa da espalda a Sarkozy


La decisión de Le Pen reduce las aspiraciones del presidente Nicolás Sarkozy a la reelección.
La decisión de Le Pen reduce las aspiraciones del presidente Nicolás Sarkozy a la reelección.

La líder de la ultraderecha Marine Le Pen dice que votará en blanco en segunda vuelta electoral y rehúsa dar al presidente Sarkozy el apoyo que éste necesita.

La líder de la ultraderecha francesa, Marine Le Pen, se negó a apoyar al presidente Nicolás Sarkozy en la segunda vuelta electoral del domingo 6 de mayo con lo que redujo las posibilidades de que éste consiga ser reelecto en las urnas.

El conservador Sarkozy, que se enfrenta al socialista Francois Hollande, necesita el apoyo de los votantes que respaldaron a la líder del Frente Nacional la semana pasada en la primera ronda electoral, quienes sumaron el 18 por ciento de los electores.

"No daré mi confianza, o un mandato, a estos dos candidatos (…) el domingo, depositaré mi voto en blanco (...) ya tomé mi decisión y cada uno de ustedes tomará la suya", " dijo Le Pen a sus 6,4 millones de electores.

Con las elecciones parlamentarias casi a la vista en junio, los líderes del Frente Nacional creen que pueden conseguir más escaños en la legislatura en caso de que una derrota de Sarkozy hunda a su partido de centroderecha, el UMP, en una crisis política.

Aunque el 22 de abril pasado ganó por muy estrecho margen en la primera ronda de los comicios presidenciales, el socialista Hollande disfruta ahora de una amplia ventaja de 10 puntos porcentuales frente a su rival Sarkozy, según sondeos de opinión.

Hollande, un político sin tantas horas de vuelo como el curtido Sarkozy, trata ya de proyectarse ya como mandatario, dando ruedas de prensa y hablando de cómo piensa modificar el rol de Francia en el escenario europeo después de la segunda y definitiva votación del 6 de mayo.

La mera eventualidad de que el socialista asuma el poder en Francia ya sacudió los mercados financieros del viejo continente, en virtud de su compromiso de renegociar el pacto de austeridad asumido por Europa y seguir una dirección diferente a la trazada por el binomio integrado por Sarkozy y la canciller alemana Angela Merkel.

En un mitin el martes por el Día del Trabajo, Sarkozy dijo a sus partidarios que luchará "hasta el último segundo del último minuto”. Sin embargo, varios analistas han estimado que, para ganar en segunda vuelta, Sarkozy podría necesitar hasta el 80 por ciento de los votantes que apoyaron a Le Pen en la primera ronda.

Este miércoles, Sarkozy enfrenta a Hollande en un debate televisado que es visto como el “momento de la verdad” en que el presidente tendría la última oportunidad de frustrar las aspiraciones de su contrincante en la votación del domingo.

En sus más recientes apariciones en público Sarkozy redobló sus ataques contra Hollande y contra los medios de comunicación que le critican, entre ellos el diario L'Humanité, que llegó a compararlo con el mariscal Pétain, ante lo que el presidente dijo que “ser tratado de fascista por un comunista es un honor”.

La prestigiosa revista británica The Economist, que originalmente acusó a los dos candidatos franceses de ser perjudiciales respecto a la crisis de la deuda que afronta Europa, ha optado por respaldar al presidente Sarkozy tras considerar a Hollande “más peligroso” para los intereses europeos.
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