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Exitosa diseñadora entre vaqueros


Aunque Nancy Martiny tiene un trabajo, que es usualmente de vaqueros, ella afirma que esto no le quita la posibilidad de hacer cosas muy femeninas.
Aunque Nancy Martiny tiene un trabajo, que es usualmente de vaqueros, ella afirma que esto no le quita la posibilidad de hacer cosas muy femeninas.

Nancy Martiny tiene una carrera como artesana de monturas para caballo, envidiable por muchos vaqueros.

Nancy Martiny tiene éxito en un ambiente usualmente dominado por los hombres. Ella empezó a hacer sillas de montar a caballo como un pasatiempo y ahora hay una lista de espera de tres años de gente esperando poder comprar sus diseños.

Martiny fabrica sus sillas desde el puro principio del proceso y la estructura, hasta que talla los intrincados estampados en el cuero. Este es un trabajo dominado por los vaqueros tradicionalmente, pero esto nunca la ha desestimulado.

A Martiny nunca se le ocurrió que no pudiera hacer sus propias sillas, pues creció en un rancho, trabajando con ganado y montado a caballo.

“Mucha gente piensa que usted tiene que ser muy musculoso y fuerte para fabricar las sillas”, explica Martiny, “pero todo lo que usted necesita es un cuchillo afilado”.

También, hace falta un ojo artístico para estampar los diseños en el cuero.

“Es algo que se hace más con delicadeza que con fuerza. Si usted trata de dominar el cuero, todo lo que logra es un accidente y es probable que el diseño no quede bien”, explica Martiny sobre su filosofía.

El tallar el cuero es un arte que ella aprendió observando a su padre.

“Cuando yo tenía como 15 años lo convencí de que me ayudara a empezar mi colección de herramientas”, recuerda.

Así empezó haciendo cinturones y billeteras, hasta cuando conoció a Dale Harwood, uno de los mejores fabricantes de sillas de montar. Ella nunca había hecho una de estas, así que empezó a tallar el cuero y luego fue a donde Harwood por consejo sobre cómo continuar el proceso.

“El me guió sobre el proceso y yo tomé nota en mi libreta”, relata Martiny sobre los apuntes que se convirtieron en su biblia.

“Me llené de impulso y empecé con sillas de cabalgar para niños. Cuando no sabía qué hacer me remitía a mi libreta. Y cuando encontraba un problema que no podía resolver, llamaba a Dale”.

Martiny está constantemente trabajando en otros proyectos mientras hace las sillas. Ahora fabrica chapas, frenos para caballo y monederos.

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