La reunión un poco informal del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, con la presidenta de Brasil Dilma Rousseff, en St. Petersburgo, Rusia, parece ofrecer sus primeros resultados positivos.
Obama habría explicado a Rousseff que su país comprende las preocupaciones planteadas por Brasil sobre las actividades de espionaje llevadas a cabo por la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), sobre las telecomunicaciones privadas de la mandataria brasileña, y se comprometió a utilizar los canales diplomáticos para ofrecer las explicaciones del caso.
Como parte de ese diálogo, Susan Rice, del Consejero de Seguridad Nacional, sostuvo un encuentro en la Casa Blanca, con el ministro brasileño de relaciones exteriores, Luiz Alberto Figueiredo, en donde discutió las revelaciones hechas por el ex contratista de la NSA Edward Snowden, y la próxima visita de Rousseff a Washington.
Aunque no se ofrecieron detalles de la conversación, en un comunicado la Casa Blanca dijo que Rice expresó al canciller Figueiredo su disposición para aclarar los informes de espionaje “algunos de los cuales han sido distorsionados por la prensa”.
“Estados Unidos está comprometido a trabajar con Brasil para hacer frente a estas preocupaciones, mientras continuamos trabajando juntos en una agenda compartida de iniciativas bilaterales, regionales y globales”, dijo el informe del gobierno.
Brasil es un importante socio comercial de EE.UU., con más de $100 mil millones de dólares en comercio bilateral de bienes y servicios en 2012.
A pesar de expresar su descontento, Rousseff no ha cancelado su encuentro con Obama, programado para finales de octubre.
Obama habría explicado a Rousseff que su país comprende las preocupaciones planteadas por Brasil sobre las actividades de espionaje llevadas a cabo por la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), sobre las telecomunicaciones privadas de la mandataria brasileña, y se comprometió a utilizar los canales diplomáticos para ofrecer las explicaciones del caso.
Como parte de ese diálogo, Susan Rice, del Consejero de Seguridad Nacional, sostuvo un encuentro en la Casa Blanca, con el ministro brasileño de relaciones exteriores, Luiz Alberto Figueiredo, en donde discutió las revelaciones hechas por el ex contratista de la NSA Edward Snowden, y la próxima visita de Rousseff a Washington.
Aunque no se ofrecieron detalles de la conversación, en un comunicado la Casa Blanca dijo que Rice expresó al canciller Figueiredo su disposición para aclarar los informes de espionaje “algunos de los cuales han sido distorsionados por la prensa”.
“Estados Unidos está comprometido a trabajar con Brasil para hacer frente a estas preocupaciones, mientras continuamos trabajando juntos en una agenda compartida de iniciativas bilaterales, regionales y globales”, dijo el informe del gobierno.
Brasil es un importante socio comercial de EE.UU., con más de $100 mil millones de dólares en comercio bilateral de bienes y servicios en 2012.
A pesar de expresar su descontento, Rousseff no ha cancelado su encuentro con Obama, programado para finales de octubre.
