Más de 52 millones de personas en todo el mundo, principalmente mujeres, trabajan como criados en casas y la mayor parte de ellos carecen de protección legal, según un estudio hecho por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
En la mayoría de los casos lo hacen además en pobres condiciones de trabajo sin la seguridad debida, y son muy vulnerables ante las violaciones laborales de los derechos humanos.
"Las empleadas domésticas que residen en las casas donde trabajan están en particular expuestas con frecuencia a abusos sexuales, físicos o mentales, a hostigamiento y restricciones en su libertad de movimiento. Las que son inmigrantes encaran vulnerabilidades adicionales de explotación y abuso”, dijo la vicedirectora general de la OIT, Sandra Polaski.
El estudio se enfoca en tres aspectos relacionados con las condiciones de estas trabajadoras: el tiempo de trabajo, el salario mínimo y los pagos en especie, así como la protección por maternidad.
La OIT reveló que sólo el 10 por ciento de los empleados domésticos están cubiertos por la legislación general del trabajo, y que más de una cuarta parte de ellos se hallan excluidos de estas leyes en los respectivos países.
De acuerdo con el informe, más de la mitad no tienen limitación legal en el número de horas que trabajan y alrededor del 45 por ciento no gozan de derecho a períodos de descanso semanal o pagos de vacaciones anuales.
Globalmente, el 7,5 por ciento de la población femenina realiza este tipo de trabajo, y las regiones con mayor número de trabajadoras domésticas son Asia y el Pacífico, América Latina y el Caribe. En el Oriente Medio, una de cada tres mujeres con salarios es una criada.
En la mayoría de los casos lo hacen además en pobres condiciones de trabajo sin la seguridad debida, y son muy vulnerables ante las violaciones laborales de los derechos humanos.
"Las empleadas domésticas que residen en las casas donde trabajan están en particular expuestas con frecuencia a abusos sexuales, físicos o mentales, a hostigamiento y restricciones en su libertad de movimiento. Las que son inmigrantes encaran vulnerabilidades adicionales de explotación y abuso”, dijo la vicedirectora general de la OIT, Sandra Polaski.
El estudio se enfoca en tres aspectos relacionados con las condiciones de estas trabajadoras: el tiempo de trabajo, el salario mínimo y los pagos en especie, así como la protección por maternidad.
La OIT reveló que sólo el 10 por ciento de los empleados domésticos están cubiertos por la legislación general del trabajo, y que más de una cuarta parte de ellos se hallan excluidos de estas leyes en los respectivos países.
De acuerdo con el informe, más de la mitad no tienen limitación legal en el número de horas que trabajan y alrededor del 45 por ciento no gozan de derecho a períodos de descanso semanal o pagos de vacaciones anuales.
Globalmente, el 7,5 por ciento de la población femenina realiza este tipo de trabajo, y las regiones con mayor número de trabajadoras domésticas son Asia y el Pacífico, América Latina y el Caribe. En el Oriente Medio, una de cada tres mujeres con salarios es una criada.
