El Salvador inicia una nueva fase en su proceso con las pandillas que aquejaban al país. Esta vez, las autoridades realizaron una ceremonia en la que se destruyeron armas y municiones entregadas por los grupos delincuenciales pandillas y decomisadas al crimen organizado en el país centroamericano.
Durante esta primera fase, apoyada por el gobierno estadounidense, se destruyeron un total de 828 armas y 210 mil cartuchos. El proceso de destrucción de armas y municiones se ejecutó conforme a los estándares internacionales, a través de los métodos de corte por disco y por oxiacetileno e incineración de municiones, respectivamente.
La ceremonia, que se realizó en la sede de la Brigada Especial de Seguridad Militar en San Salvador, fue presidida por el ministro de la Defensa, General José Atilio Benítez, y el secretario de Seguridad Multidimensional de la Organización de los Estados Americanos (OEA), embajador Adam Blackwell, quienes certificaron la culminación de esta fase del proceso.
La eliminación del armamento requisado a la delincuencia común fue realizada por miembros de la Fuerza Armada de El Salvador con entrenamiento, apoyo técnico, logístico, financiero y certificación del Programa de Asistencia para el Control de Armas y Destrucción de Municiones (PACAM) de la OEA.
El Programa PACAM ha estado apoyando los esfuerzos de El Salvador en sus procesos de control, destrucción de armas, municiones y rehabilitación de almacenes desde que el Ministerio de la Defensa Nacional del país centroamericano y la Secretaría General de la Organización de los Estados Americanos subscribieron un acuerdo en este sentido el pasado 20 de junio.
Centroamérica ha destruido cerca de de 1.800 toneladas de municiones decomisadas, obsoletas o vencidas en El Salvador, Costa Rica, Guatemala, Honduras y Nicaragua.
Durante esta primera fase, apoyada por el gobierno estadounidense, se destruyeron un total de 828 armas y 210 mil cartuchos. El proceso de destrucción de armas y municiones se ejecutó conforme a los estándares internacionales, a través de los métodos de corte por disco y por oxiacetileno e incineración de municiones, respectivamente.
La ceremonia, que se realizó en la sede de la Brigada Especial de Seguridad Militar en San Salvador, fue presidida por el ministro de la Defensa, General José Atilio Benítez, y el secretario de Seguridad Multidimensional de la Organización de los Estados Americanos (OEA), embajador Adam Blackwell, quienes certificaron la culminación de esta fase del proceso.
La eliminación del armamento requisado a la delincuencia común fue realizada por miembros de la Fuerza Armada de El Salvador con entrenamiento, apoyo técnico, logístico, financiero y certificación del Programa de Asistencia para el Control de Armas y Destrucción de Municiones (PACAM) de la OEA.
El Programa PACAM ha estado apoyando los esfuerzos de El Salvador en sus procesos de control, destrucción de armas, municiones y rehabilitación de almacenes desde que el Ministerio de la Defensa Nacional del país centroamericano y la Secretaría General de la Organización de los Estados Americanos subscribieron un acuerdo en este sentido el pasado 20 de junio.
Centroamérica ha destruido cerca de de 1.800 toneladas de municiones decomisadas, obsoletas o vencidas en El Salvador, Costa Rica, Guatemala, Honduras y Nicaragua.
