Una versión original del X-37B estuvo dándole vueltas a la Tierra durante siete meses en 2010, y luego un segundo aparato cumplió una nueva misión secreta y permaneció en órbita más de un año. La particularidad de estos aviones robot es que pueden volver a volar.
La aeronave, de 29 pies de largo y propulsada por energía solar, es capaz de atravesar de regreso la atmósfera y aterrizar de manera autónoma en una pista una vez concluida su misión, como lo hicieron las dos anteriores en la base de Vanderberg, en California.
Los militares no han dado mucha más información sobre esta nueva misión, denominada OTV-3 por las siglas en inglés de Vehículo de Prueba Orbital.