Con cierta regularidad ambos países se sentaron a dialogar en el pasado sobre la implementación de los acuerdos adoptados en los años 1990, en virtud de los cuales Washington concede anualmente 20 mil visas a inmigrantes de la isla.
Pero las conversaciones migratorias fueron suspendidas en 2011 sin motivo aparente, en medio de agudizadas tensiones tras el encarcelamiento en 2009 del contratista estadounidense Alan Gross, condenado a 15 años de prisión por el régimen de La Habana.
Un comunicado difundido por el Departamento de Estado recordó que la nueva ronda de diálogo no representa ningún cambio en la política hacia Cuba, con la que Washington rompió relaciones diplomáticas a principios de los años 1960 después de que Fidel Castro expropió firmas estadounidenses y alineó la isla al bloque soviético.
“Según los acuerdos—precisó la nota—ambos gobiernos se comprometieron a promover una migración segura, legal y ordenada entre Cuba y EE.UU. La agenda para las conversaciones refleja las viejas prioridades estadounidenses respecto a los asuntos migratorios de Cuba”.
Representantes de los dos gobiernos sostuvieron varios encuentros el año pasado, y en septiembre último lo hicieron en La Habana para discutir la reanudación del servicio postal entre EE.UU. y la isla, reunión que Washington calificó de “fructífera” y “respetuosa”.