El viaje del disidente ciego pone fin a un tenso capítulo en las relaciones de EE.UU y China después de que Chen escapó el pasado 22 de abril de su casa en una zona rural de su país donde cumplía prisión domiciliaria y entró a la embajada estadounidense en Pekín.
“Estamos esperando su arribo (…) también ponemos de manifiesto nuestra satisfacción por la manera en que hemos sido capaces de solucionar este asunto y respaldar el deseo del señor Chen de estudiar en EE.UU.”, dijo la vocera del Departamento de Estado,Victoria Nuland.
La fuga del disidente hacia la embajada desencadenó delicadas negociaciones diplomáticas unos días antes de la llegada a Pekín de la secretaria de Estado, Hillary Clinton, para conversaciones ya previstas con los líderes chinos.
Chen abandonó la embajada el pasado 2 de mayo y fue llevado a un hospital, en medio de intensas especulaciones sobre si podría finalmente o no viajar a EE.UU y si su familia quedaría protegida.
Funcionarios estadounidenses dijeron entonces que la decisión de salir de la legación diplomática había sido tomada por el propio disidente, un ferviente crítico de las esterilizaciones forzosas en China, donde las autoridades sólo permiten un hijo por familia.