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El Pentágono en el vórtice de una tormenta


Los almirantes Bruce F. Loveless y Ted Branch han sido temporalmente suspendidos y están bajo investigación.
Los almirantes Bruce F. Loveless y Ted Branch han sido temporalmente suspendidos y están bajo investigación.

No solo drásticas reducciones de presupuesto han puesto al Departamento de Defensa de EE.UU. contra la pared, sino que ahora también se ve sacudido por un escándalo de sobornos.

El Departamento de Defensa de EE.UU. encara dos difíciles pruebas de fuego luego de que esta semana sus altos mandos confirmaron que el poderío militar del país está en peligro por razones presupuestarias y además cobró fuerza en sus filas un escándalo de corrupción.

Los jefes del ejército, la fuerza aérea y la armada rindieron testimonio ante el Comité de las Fuerzas Armadas del Senado y alertaron que los recortes de fondos al Pentágono de $480 mil millones hasta el 2021 comprometen seriamente la seguridad del país.

Pero el secretario de Defensa, Chuck Hagel, y los miembros del Estado Mayor Conjunto no solo deberán lidiar con una merma de personal, armamentos y restricciones en la capacidad defensiva del país, sino además con un nuevo reto que lesiona la moral de sus militares.

Dos importantes almirantes estadounidenses han sido puestos bajo investigación y privados de su acceso a documentos secretos en medio de una pesquisa por sobornos en la que figura involucrado el ejecutivo de una firma contratista en el extranjero.

El vicealmirante Ted Branch, director de la Inteligencia Naval, y el contralmirante Bruce Loveless, director de Operaciones de Inteligencia, figuran como sospechosos de “operaciones impropias e ilegales” con Leonard Francis, ejecutivo de Glenn Defense Marine, un contratista de la marina de guerra radicado en Singapur.

Dos comandantes de la marina y un agente especial del Servicio de Investigación Criminal de la Armada (NCIS) ya arrestados habrían recibido sobornos por proporcionar a Francis información privilegiada. En adición, un capitán fue relevado del mando de su navío el mes pasado en conexión con el caso.

Según el sumario de la acusación, los comandantes Mark Vannak Khem Misiewicz y José Luis Sánchez, así como el agente John Bertrand Beliveau, fueron “obsequiados” con prostitutas, dinero en efectivo y viajes lujosos a cambio de suministrar a Francis información sobre el movimiento de buques y submarinos de la armada.

Francis fue arrestado en setiembre pasado y permanece detenido en San Diego, California, sin derecho a fianza porque la fiscalía alega que debido a que es ciudadano de Malasia podría escapar. Otro ejecutivo de la firma, Alex Wisidagama, de Singapur, también detenido enfrenta igualmente cargos por sobornos.

Glenn Defense Marine ha prestado servicios y abastecimiento a los barcos de guerra y submarinos del Pentágono durante más de dos décadas en puertos del Pacífico, pero de acuerdo con la investigación, la empresa infló tarifas y adulteró facturas y cobró fraudulentamente a la armada más de $10 millones de dólares.

Además de poner en tela de juicio la integridad de militares al mando de fuerzas en el Pentágono, el escándalo ha despertado serias interrogantes sobre si la seguridad nacional pudiera haberse verse visto comprometida, o pueda estarlo en el futuro, debido a la conducta impropia de altos oficiales.
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