El gobierno estadounidense hizo un llamado a los gobernadores y líderes educativos para que pongan punto final al castigo corporal en las escuelas estatales y distritales donde todavía es permitido.
En una carta dirigida a las autoridades, el secretario de Educación, John B. King Jr. consideró el castigo corporal “dañino, ineficiente y aplicado desproporcionadamente a estudiantes de color y con discapacidades”.
El secretario de Educación urgió a los estados a terminar con esa práctica o cualquier otra forma de uso de fuerza física que produzca dolor como castigo.
En reemplazo instó a promover medidas de apoyo que sean más efectivas.
El castigo corporal está prohibido en 28 estados de Estados Unidos y en el Distrito de Columbia, pero existen otros 15 estados que permiten esta práctica y siete más que no expresan abiertamente su prohibición.
Según un estudio publicado por la Institución Brooking, Mississippi, Texas, Alabama, Arkansas, Georgia, Tennessee y Oklahoma representaron el 80 por ciento de los castigos corporales aplicados en las escuelas.
Más de 110 mil estudiantes recibieron castigo corporal durante el año escolar 2013-2014 según datos de derechos civiles del departamento de Educación.
De este grupo de estudiantes, escribió King, que más de una tercera parte son afroestadounidenses y que los niños con discapacidades también representan un alto índice dentro de este grupo.