Investigadores de seguridad aérea culpan a los pilotos del accidente del avión de pasajeros de Asiana en San Francisco, el año pasado, que provocó la muerte a tres pasajeros y dejó heridas a 187 personas.
El presidente interino de la agencia gubernamental que investiga accidentes en el transporte en Estados Unidos, Christopher Hart, dijo que el accidente ocurrió debido a que los pilotos dependieron de sofisticados sistemas de la cabina de la aeronave, que ellos no entendían en su totalidad, volando muy bajo mientras intentaban aterrizar el avión Boeing 777.
“La automatización incuestionablemente ha hecho la aviación más segura y eficiente, pero la autorregulación completa se convierte, en más desafiante al tener que asegurarse que los pilotos la entienden adecuadamente. En este caso, la tripulación de la aeronave confió en tecnología automática que ellos no entendían totalmente. Como resultado, volaron el avión muy bajo y colisionaron con el rompeolas al final de la pista”, explicó Christopher Hart.
Luego que la aeronave golpeó el rompeolas, se salió de control en una de las pistas del aeropuerto internacional de San Francisco, estallando en llamas y dejándolo con un enorme agujero en el techo del fuselaje.
El accidente ocurrió el 6 de julio durante un día despejado, y sin complicaciones, para un vuelo de diez horas y media proveniente de Seúl.
El presidente interino de la agencia gubernamental que investiga accidentes en el transporte en Estados Unidos, Christopher Hart, dijo que el accidente ocurrió debido a que los pilotos dependieron de sofisticados sistemas de la cabina de la aeronave, que ellos no entendían en su totalidad, volando muy bajo mientras intentaban aterrizar el avión Boeing 777.
“La automatización incuestionablemente ha hecho la aviación más segura y eficiente, pero la autorregulación completa se convierte, en más desafiante al tener que asegurarse que los pilotos la entienden adecuadamente. En este caso, la tripulación de la aeronave confió en tecnología automática que ellos no entendían totalmente. Como resultado, volaron el avión muy bajo y colisionaron con el rompeolas al final de la pista”, explicó Christopher Hart.
Luego que la aeronave golpeó el rompeolas, se salió de control en una de las pistas del aeropuerto internacional de San Francisco, estallando en llamas y dejándolo con un enorme agujero en el techo del fuselaje.
El accidente ocurrió el 6 de julio durante un día despejado, y sin complicaciones, para un vuelo de diez horas y media proveniente de Seúl.
