Algunos de los órganos de Christina Taylor Green, la víctima de menor edad de la masacre de Arizona, fueron donados a otra niña en Boston, dijo el padre de la menor muerta.
John Green confirmó haber recibido una llamada sobre el trasplante pero no dio más detalles sobre el hecho, según informó el periódico The Boston Globe.
De acuerdo con el diario, el aviso "realmente le subió'' el ánimo al padre de la víctima, y él y su esposa se sintieron nuevamente orgullosos de la pequeña de 9 años, que perdió la vida junto a otras cinco personas en la matanza.
Cuando murió, la niña nacida el 11 de septiembre del 2001, acababa de ser elegida al consejo estudiantil de su escuela en Tucson, por lo que quiso ir a ver a la legisladora Gabrielle Giffords.
Un portavoz del Banco de Organos de Nueva Inglaterra dijo al Globe que no podía hacer ninguna declaración relacionada con donaciones.
El atentado a la congresista y la muerte de seis personas, entre ellas la pequeña Christina, conmovieron a todo el país y reabrieron el debate nacional sobre el control y el derecho a portar armas de fuego.
Sin embargo, el debate no parece haber hecho mella entre los legisladores de Arizona que a pesar de la masacre favorecen la promulgación de leyes que permitan incluso a los profesores universitarios llevar armas ocultas estando en el propio campus.
El senador estatal republicano Ron Gould ha dicho que no cree que la matanza cambie el punto de vista que prevalece en Arizona respecto al derecho de portar armas. "No veo cómo el control de armas pudiera haber prevenido esa balacera", dijo.
Entre los proyectos de ley presentados este año en la legislatura de Arizona figuran varios que favorecen el derecho a portar armas en defensa propia.
