El caso "representa la primera vez que se presentan cargos en contra de actores estatales por este tipo de ciberespionaje", dijo Holder.
Agregó que el "espectro de secretos comerciales y otra información de negocios secreta en este caso es significativa y demanda una respuesta agresiva".
El fiscal general adjunto para la Seguridad Nacional, John Carlin, dijo tener evidencia, hechos y fechas específicas en las que el grupo que realizó el espionaje –formado por los especialistas Wang Dong, Sun Kailiang, Wen Xinyu, Huang Zhenyu y Gu Chunhi todos de la unidad 61398 de Shangai del ejército chino—robaron secretos y planes estratégicos a empresas estadounidenses.
Los hackers chinos usaron recursos militares y de inteligencia para descargar grandes cantidad de información industrial que sería útil para empresas competidoras chinas, incluyendo algunas que son empresas estatales.
Entre las empresas estadounidenses espiadas se incluye a Westinghouse, US Steel y SolarWorld, United Steel Workers Union, Allegheny Technologies Incorporated y Alcoa, de las industrias nuclear, del acero y la energía.
El gobierno chino ha desestimado acusaciones similares retando al gobierno estadounidense a probar el espionaje.
En esta ocasión el FBI y otras agencias lograron conseguir la información específica.