¡Sí, se puede!, es la emblemática frase que en tres palabras captura toda esencia de una luchadora que logró conseguir los derechos básicos de miles de campesinos en California.
Este año, el trabajo cívico y humano de Dolores Huerta, fue reconocido por la Galería Nacional de Retratos del Smithsonian, uno de los principales museos de la capital de Estados Unidos.
El museo decidió hacer coincidir el honramiento a la activista, cofundadora y primera vicepresidente emérita de los Campesinos Unidos de América, AFL-CIO (“UFW”) con elquincuagésimo aniversario de la “Huelga de Uva de Delano,”.
Dicha huelga duró cinco años — y gracias a las negociaciones entre Huerta y la empresa “Schenley Wine Company”— concluyeron favorablemente para los derechos de los campesinos.
“Cada uno de nosotros podemos ser una chispa para ganar los derechos que necesitamos y para mejorar este país, Estados Unidos, y también el mundo y nuestras familias”, dijo Huerta a la Voz de América.
Feminista y madre de once hijos, Dolores Huerta es además una mujer llena de vida e ideas que continúa defendiendo los derechos, tanto de los campesinos como de los inmigrantes en Estados Unidos, estos últimos a través de la “Dolores Huerta Foundation”, una organización sin ánimo de lucro.
Hoy, años después de luchar hombro a hombro junto a Cesar Chávez, considera que la “causa” de su lucha sigue en pie.
Huerta dijo sentir orgullo que sus tácticas y resultados —“boicots, marchas, huelgas de hambre y la participación de la comunidad”— sean hoy ejemplo a seguir por sindicatos laborales en Estados Unidos.
