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IKEA investiga contratos de esclavitud en Cuba


Una mujer disfrazada de la Estatua de la Libertad frente a una tienda de Ikea en Nueva York. Ikea podría haber utilizado mano de obra de prisioneros políticos cubanos en la fabricación de sus muebles, en los años 80.
Una mujer disfrazada de la Estatua de la Libertad frente a una tienda de Ikea en Nueva York. Ikea podría haber utilizado mano de obra de prisioneros políticos cubanos en la fabricación de sus muebles, en los años 80.
La empresa sueca de muebles IKEA ha puesto a disposición una línea telefónica para cualquier persona “que quieran contribuir a clarificar las condiciones de producción entre nuestros proveedores” en la República Democrática Alemana (RDA), gobernada por un régimen comunista, según un comunicado dado a conocer el lunes.

La empresa asegura también que “toma muy en serio las alegaciones de que se usaron presos políticos para fabricar productos de IKEA… en la antigua RDA (y) en Cuba”, lo cual, de haber ocurrido, aseguran que “es completamente inaceptable y enormemente deplorable”.

A principios del mes, un grupo de congresistas cubano-americanos sostuvieron una audiencia con ejecutivos de Ikea, en la cual exigieron detalles de la relación entre la compañía y las autoridades de la isla, por las cuales, según reportes, presos políticos cubanos habrían sido utilizados en la fabricación de muebles para la empresa sueca.

Uno de los primeros pasos de Ikea, luego de destaparse el escándalo, fue el de contratar a la firma de relaciones públicas Ernst & Young que se ha encargado de investigar las acusaciones de que una de sus subsidiarias de Berlín acordó en 1987 comprar muebles fabricados en cárceles de Cuba y la RDA.

El comunicado de IKEA dice que su código de conducta para los proveedores de todo el mundo “incluye cero tolerancia de cualquier forma de trabajo forzado o en servidumbre”.
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