El refrán dice que “la primera impresión es la que cuenta” y si es así, el aeropuerto de Cartagena deja muy mal parada a la ciudad.
El llamado aeropuerto Rafael Núñez de internacional no tiene nada, de hecho, la infraestructura se asemeja a la de los años sesenta, donde el avión te dejaba en medio de la pista y debías caminar.
El aeropuerto no cuenta con restaurantes y de hecho los pocos que hay son mas “cafeterías”, es decir, pactar una entrevista en pleno aeropuerto es “una desgracia” para el periodista y para el entrevistado.
La presentación de la infraestructura deja mucho que desear y más cuando se levanta frente al aeropuerto una valla que dice que el aeropuerto estará terminado para el 2013.
Y si la “primera impresión” es la que vale, me pregunto si muchos cancilleres, ministros y presidentes querrán hacer negocios en Cartagena.
“Si yo fuera el presidente de Chile o de Estados Unidos y veo el aeropuerto así como está, no regreso”, dice Fabio Cabral, taxista con más de 20 años de experiencia.
Cabral, al igual que otros taxistas consideran que “un aeropuerto en plena remodelación no es una buena señal ni para el turismo ni para la economía”.
En este aeropuerto, los presidentes y sus comitivas deberán ingresar y abandonar Cartagena al final de la cumbre, sin saber qué impresión se llevarán.
El llamado aeropuerto Rafael Núñez de internacional no tiene nada, de hecho, la infraestructura se asemeja a la de los años sesenta, donde el avión te dejaba en medio de la pista y debías caminar.
El aeropuerto no cuenta con restaurantes y de hecho los pocos que hay son mas “cafeterías”, es decir, pactar una entrevista en pleno aeropuerto es “una desgracia” para el periodista y para el entrevistado.
La presentación de la infraestructura deja mucho que desear y más cuando se levanta frente al aeropuerto una valla que dice que el aeropuerto estará terminado para el 2013.
Y si la “primera impresión” es la que vale, me pregunto si muchos cancilleres, ministros y presidentes querrán hacer negocios en Cartagena.
“Si yo fuera el presidente de Chile o de Estados Unidos y veo el aeropuerto así como está, no regreso”, dice Fabio Cabral, taxista con más de 20 años de experiencia.
Cabral, al igual que otros taxistas consideran que “un aeropuerto en plena remodelación no es una buena señal ni para el turismo ni para la economía”.
En este aeropuerto, los presidentes y sus comitivas deberán ingresar y abandonar Cartagena al final de la cumbre, sin saber qué impresión se llevarán.
