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Bolivia no quiere intervención política


En un esfuerzo por acallar las críticas a la nueva Constitución boliviana, Pablo Solón, embajador de Bolivia, se reunió con un grupo de periodistas en Washington para explicar los beneficios del nuevo documento.

El funcionario para Asuntos de Integración y Comercio aseguró que se busca una “reconciliación” entre La Paz y Washington, y que la nueva Carta Magna ayudará a crear la estabilidad social que la Casa Blanca pide a Evo Morales.

“No estamos pidiendo ayuda económica a Estados Unidos, lo que queremos es el respeto mutuo y la no intervención política. Esto mejorará nuestras relaciones”, dijo Solón.

Sobre la nueva Constitución, aprobada por más del 50 por ciento de los bolivianos en referéndum, el funcionario dijo que por primera vez se reconocen los derechos de los indígenas, aunque esto no significa que ellos vayan a tener más derechos que el resto de los ciudadanos.

El nuevo documento contempla, además, la cantidad límite de tierras (5,000 hectáreas) que una persona puede poseer en Bolivia, así como un mayor protagonismo del Estado en la protección de los recursos naturales del país, como el gas.

Descontento

Un grupo de bolivianos, que se hicieron presentes en la conferencia, mostró su descontento con la nueva Constitución, y llamó “mentiroso” a Solón, además de asegurar que el gobierno boliviano está controlado por Hugo Chávez, presidente de Venezuela.

“Esa es una Constitución que no beneficia a todos los pueblos indígenas. Chávez es quien gobierna en Bolivia”, le gritó un asistente al Embajador.

“Si ustedes me preguntan si todo me gusta (de la nueva Constitución), les puedo mencionar algunos artículos con los que no estoy de acuerdo. Pero esta es la Constitución que la mayoría ha aprobado y debemos respetarla”, se defendió el embajador.

Escribe Gesell Tobías de la Voz de América
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