Mientras los disturbios convulsionaban la ciudad de Baltimore, Maryland, en 2015, Carla Hayden, mantuvo abierta una biblioteca en el centro del caos, aun cuando una farmacia al otro lado de la calle fue saqueada e incendiada.
“La gente no tocó la biblioteca, porque era el centro de recursos en esa comunidad”, dijo Hayden a la Voz de América. “Es querida. Es protegida. Es el lugar de esperanza en una comunidad que necesita esperanza”.
Un año después, el presidente Barack Obama elevó a Hayden de su puesto como CEO de la biblioteca Enoch Pratt Free Library a directora de la Biblioteca del Congreso, que fue establecida hace más de 200 años como brazo de investigación de funcionarios del Congreso.
Hayden ha hecho historia como la primera mujer directora de la Biblioteca del Congreso, al igual que la primera persona afro estadounidense en ocupar el cargo. Y a diferencia de la mayoría de políticos o académicos que ocuparon el cargo antes, ella es una bibliotecaria profesional.
Hayden asumió una institución que ha sido criticada, en años recientes, por mala administración, falta de liderazgo y por quedarse rezagada ante los avances tecnológicos.
La atención de Hayden se centra en actualizar la tecnología de la biblioteca para hacer que la colección de 160 millones de artículos, desde libros y fotos hasta partituras musicales y mapas, aún tarjetas de béisbol, disponibles para todas las personas.
“Quiero que la Biblioteca del Congreso abra sus brazos a la gente en todo el mundo, para dejarle saber a la gente que está disponible para ellos”, dijo Hayden, cuyos colegas dicen que ella es acogedora y resuelta.