Naciones Unidas ha lanzado un llamado este martes para recaudar más de $300 millones en ayuda de emergencia para atender a las víctimas del tifón Haiyan que azotó las Filipinas hace cuatro días.
El lunes Estados Unidos anunció que está proveyendo $20 millones de dólares en ayuda humanitaria y ha enviado al USS George Washington, un portaviones con 5.000 marineros y más de 80 aviones a bordo, como parte de los esfuerzos de ayuda a la arrasada parte central de las Filipinas, donde se teme que hasta 10.000 personas hayan muerto y muchas más hayan sido desplazadas.
Este martes todavía hay áreas afectadas a las que no se ha tenido acceso. La ayuda ha llegado lentamente a las 660.000 personas que la ONU estima han sido desplazadas por la tormenta. Muchos no tienen acceso a alimentos, agua potable o medicinas. Ha habido reportes de saqueos en Tacloban, la ciudad más afectada.
Casi 200 miembros de las fuerzas armadas estadounidenses ya están ayudando los esfuerzos de socorro de las autoridades filipinas, pero como ha dicho a la Voz de América la capitana Cassandra Gesecki, de la 3ª. Brigrada Expedicionaria de los Infantes de Marina, la magnitud de los daños hace todo un reto entregar la ayuda.
“Hay árboles levantados por sus raíces, no tienen ramas, no hay techos, no hay paredes. Las carreteras están completamente intransitables. No se puede ir a ninguna parte. Lo cual es difícil porque aunque se pueden llevar por aire las provisiones, se vuelve difícil conseguirlas donde de verdad se necesitan”, dijo Gesecki.
La capitana explicó que su unidad está utilizando una mezcla de aviones de carga KC-130 y de aviones MD-22 Osprey, que puede despegar y aterrizar verticalmente, lo que les permite ir a lugares más remotos y suplir las necesidades de las islas más pequeñas.
Elizabeth Troman, de los Servicios de Socorro de la Iglesia católica, dice que hay “total devastación” en Tacloban, localizada en la parte este de la isla Leyte. Sin embargo, dijo a la Voz de América que la verdadera magnitud de la destrucción apenas si comienza a ser conocida.
“Apenas si estamos oyendo más cosas sobre la devastación fuera de la ciudad”, nos dice.
El lunes Estados Unidos anunció que está proveyendo $20 millones de dólares en ayuda humanitaria y ha enviado al USS George Washington, un portaviones con 5.000 marineros y más de 80 aviones a bordo, como parte de los esfuerzos de ayuda a la arrasada parte central de las Filipinas, donde se teme que hasta 10.000 personas hayan muerto y muchas más hayan sido desplazadas.
Este martes todavía hay áreas afectadas a las que no se ha tenido acceso. La ayuda ha llegado lentamente a las 660.000 personas que la ONU estima han sido desplazadas por la tormenta. Muchos no tienen acceso a alimentos, agua potable o medicinas. Ha habido reportes de saqueos en Tacloban, la ciudad más afectada.
Casi 200 miembros de las fuerzas armadas estadounidenses ya están ayudando los esfuerzos de socorro de las autoridades filipinas, pero como ha dicho a la Voz de América la capitana Cassandra Gesecki, de la 3ª. Brigrada Expedicionaria de los Infantes de Marina, la magnitud de los daños hace todo un reto entregar la ayuda.
“Hay árboles levantados por sus raíces, no tienen ramas, no hay techos, no hay paredes. Las carreteras están completamente intransitables. No se puede ir a ninguna parte. Lo cual es difícil porque aunque se pueden llevar por aire las provisiones, se vuelve difícil conseguirlas donde de verdad se necesitan”, dijo Gesecki.
La capitana explicó que su unidad está utilizando una mezcla de aviones de carga KC-130 y de aviones MD-22 Osprey, que puede despegar y aterrizar verticalmente, lo que les permite ir a lugares más remotos y suplir las necesidades de las islas más pequeñas.
Elizabeth Troman, de los Servicios de Socorro de la Iglesia católica, dice que hay “total devastación” en Tacloban, localizada en la parte este de la isla Leyte. Sin embargo, dijo a la Voz de América que la verdadera magnitud de la destrucción apenas si comienza a ser conocida.
“Apenas si estamos oyendo más cosas sobre la devastación fuera de la ciudad”, nos dice.
