El secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, ha dado su tácito apoyo al plan australiano de armar las fuerzas kurdas para que se defiendan del Estado Islámico en el norte de Irak.
El primer ministro Tony Abbott dijo que aunque Australia no quiere involucrarse en otra guerra en el Medio Oriente, hará lo que pueda para evitar un potencial genocidio.
Abbott ha dicho al Parlamento australiano que el mundo debe ser firme ante el avance terrorista del grupo militante sunita en Siria y en el norte de Irak.
“Señora presidenta, me niego a llamar a este repugnante movimiento 'Estado Islámico' porque no es un estado, sino un culto a la muerte. Así que por decencia, señora presidenta, Australia no puede dejar solo al pueblo iraquí en su lucha contra el horror y la maldad”, dijo Abbott.
En un esfuerzo por detener el avance de los yihadistas del Estado Islámico en el norte de Irak, aviones militares australianos llevarán armas y municiones a las fuerzas kurdas. La misión está siendo planeada con la cooperación del gobierno iraquí y podría realizarse en unos pocos días.
Gran Bretaña, Canadá, Francia e Italia también se unirán a la misión liderada por Estados Unidos.
La postura de Abbott es acompañada por el principal partido de oposición, el partido Laborista.
