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EE.UU y Cuba: Socios en la lucha anti drogas


La posibilidad de apertura política entre La Habana y la Casa Blanca nunca fue tan inminente, a un año de que Fidel Castro entregara el poder a su hermano Raúl, y a un poco más de la toma de posesión de Barack Obama como presidente de Estados Unidos.

Esta es una oportunidad que muchos especialistas aseguran no se debe desaprovechar.

La lucha contra las drogas podría ser la excusa perfecta para reactivar un “contacto político entre Cuba y Estados Unidos”, según lo explicó un grupo de analistas de política internacional reunido aquí en Washington.

“Cuba es geográficamente, el lugar ideal para los traficantes de drogas”, dijo Rens Lee, investigador del Instituto de Investigación de Política Internacional.

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La isla antillana está a sólo 90 millas de Miami, Florida. Venezuela y Colombia también están en ruta, sobre el Océano Atlántico, mientras que Jamaica se encuentra en el medio. Todos, principales recorridos del tráfico de drogas en América.

Sin embargo, Cuba ha podido controlar de manera asombrosa a los traficantes, según opina Frank Mora, del Colegio Nacional de Guerra en Washington.

“Cuba sabe como reprimir no sólo a sus ciudadanos, sino también a los traficantes de drogas, quienes no han podido utilizar la isla para hacer negocios”, dijo Mora.

Sin embargo, la preocupación surge con miras a futuro. En un momento en el que Fidel Castro está demasiado enfermo para continuar su “lucha de liberación”, Cuba parece estar a las puertas de un cambio político social.

Momento que no sólo esperan miles de personas y gobiernos en el mundo, sino también, los carteles líderes del tráfico de drogas más importantes de la región.

“Un posible cambio, una mayor apertura política y social en Cuba, también abriría las puertas a los traficantes que buscan entrar a este estratégico país”, argumentó Mora.

Es exactamente aquí, donde el tema de mejorar las relaciones entre La Habana y la Casa Blanca adquiere relevancia, según los especialistas.

Cuba seguramente necesitará ayuda para controlar el paso ilegal de drogas en su país, durante su proceso de transición, y Estados Unidos debería estar dispuesto a colaborar, en vista de que se trata de un tema de seguridad nacional, concluyeron los panelistas.

“No sabemos cuánto tardará el gobierno de Obama en mejorar las relaciones con Cuba, tampoco cómo será la transición del gobierno cubano, pero no podemos permitirnos un vacío en el tema de seguridad mientras eso ocurre”, opinó Lee.

Aunque la mayoría de argumentos presentados por los analistas parece estar basado en meras suposiciones, lo cierto es que en esta lucha contra las drogas, no se pueden dejar posibilidades abiertas.

Escribe Gesell Tobias para la Voz de América



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