El Servicio Secreto de Estados Unidos y la policía impusieron fuertes medidas de seguridad en Washington, la capital de la nación, por las actividades de la toma de posesión presidencial, este martes.
El Departamento de Seguridad del Territorio Nacional de Estados Unidos informó que no existe amenaza creíble de ataque alguno, pero que sin embargo están preparados para enfrentar cualquier potencial catástrofe en lo que probablemente será la más grande operación de seguridad en una inauguración presidencial.
Durante la noche, la policía comenzó a desviar el tráfico vehicular a unos tres kilómetros cuadrados del área céntrica de Washington, D.C. La Policía también cerró varios puentes desde el vecino estado de Virginia hacia Washington para restringir el tráfico antes de la ceremonia. Helicópteros militares y de la policía patrullan la ciudad.
Autoridades de seguridad dicen que por lo menos 8.000 mil oficiales de la policía vigilarán a la multitud, cuyo número se calcula en millones que observarán la inauguración desde la Alameda Nacional.
Miles de soldados y personal de la reserva militar apoyarán a la policía.