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Canales para hispanos en EE.UU. en riesgo de extinción


En Estados Unidos, hay cientos de estaciones de televisión hispanas que sirven a las comunidades inmigrantes de una manera que la televisión por cable no lo hace.

Estas estaciones, que están en manos de empresarios independientes, transmiten las noticias locales, deportivas y culturales en español. Brindan entretenimiento e información. Ayudan a los latinos a entender temas como el de la inmigración. Y, por supuesto, transmiten las telenovelas.

Pero enfrentan un obstáculo que puede poner en jaque su existencia: como no salen en la televisión por cable, tienen poca cobertura y les falta presupuesto.

La Comisión Federal de las Comunicaciones en Estados Unidos no logra ponerse de acuerdo en una medida que obligaría a los proveedores de cable a incluir estos canales en su programación, según empresarios hispanos y expertos del gobierno estadounidense que se reunieron el miércoles en el Congreso.

Por ahora, la única opción de los dueños de estas estaciones de TV hispanas es negociar con los proveedores de cable por su cuenta. Pero muchas veces sus canales son transmitidos por cable en números altísimos como 251 o 600, a los que sólo llegan los fanáticos del control remoto. O a veces, tras años de negociaciones, no logran un acuerdo, según Mayela Rosales, vicepresidenta de la estación de televisión hispana Azteca América SW Florida.

"De los cientos de canales que hay en la televisión por cable, solamente hay dos o tres en español. Si vas a un hotel, a veces ni siquiera tienen una estación en español", dijo Mayela Rosales, vicepresidenta de la estación de televisión hispana Azteca América SW Florida.

"Y de las estaciones de televisión americanas, se hizo un estudio que mostró que cubren menos del uno por ciento de las noticias hispanas", agregó.

La supervivencia de estas estaciones independientes no es un tema menor.

Pese a que hay 45.5 millones de hispanos en Estados Unidos y el español es el segundo idioma más hablado en el país, a los canales de televisión por cable les falta diversificarse y ofrecer más programación bilingüe, según los empresarios hispanos y expertos del gobierno.

Las estaciones independientes cumplen la función que la televisión por cable estadounidense no cumple: sirven a la comunidad latina y a otras comunidades como la Afro-Americana.

La mayoría de estas estaciones son "de baja potencia", un servicio de transmisión público creado en 1982 en Estados Unidos para darle la oportunidad a los empresarios de montar pequeñas empresas y a las comunidades chicas de tener noticias locales que no son cubiertas por los grandes canales. Hoy por hoy, un alto porcentaje de estas estaciones son hispanas.

17 de febrero de 2009: una fecha que asusta a las estaciones de baja potencia

Además de la falta de presupuesto, hay otro problema que se avecina para las estaciones de baja potencia.

El 17 de febrero de 2009, según estipuló el Congreso, todas las estaciones de TV estadounidenses "por aire" deben pasar del formato análogo al digital, que es una tecnología de transmisión avanzada de mayor calidad.

Según explica el sitio Web de la Comisión Federal de las Comunicaciones, http://www.dtv.gov/spanish/consumercorner.html#faq29, las estaciones "por aire" son aquellas que "utilizan las ondas de aire públicas para transmitir la programación a los televidentes mediante una antena transmisora".

A partir del 17 de febrero, los consumidores que tienen televisores con sintonizadores analógicos, es decir, que necesitan de antenas para recibir las señales por aire, tendrán que comprar una caja convertidora que pase la nueva señal digital a la analógica.

Con este convertidor, los consumidores podrán ver todos los canales "por aire" que se tuvieron que pasar de la transmisión analógica a la digital.

Este cambio no afectará a los televisores que estén conectados a los servicios de cable, que no están obligados de pasarse al servicio digital, o a los televisores que ya incluyen la transmisión digital.

Sólo afecta a los consumidores que tengan televisores análogos que quieran ver a las estaciones "por aire" que se pasaron al formato digital.

El problema para las estaciones de baja potencia, que operan a un menor costo y con menor cobertura, es que la mayoría no se pasará al servicio digital. Al ser estaciones de baja potencia, no están requeridos como las estaciones de alta potencia de hacer esta conversión. Lo pueden hacer cuando quieran.

Pero muchas estaciones no lo harán ya que el proceso cuesta muy caro, explicó a Voz de América Tara Ballesteros, directora de Comunicación de la estación televisiva hispana ZGS Communications.

Si no se pasan al formato digital, el consumidor ya no podrá ver a muchos de esos canales, a menos que compre un convertidor especial que convierta tanto las señales digitales como las análogas.

Según explicó Ballesteros, esos convertidores existen, pero son pocos. Hay 100 modelos de convertidores aprobados por el gobierno estadounidense, pero sólo 10 o 15 de esos modelos permiten que tanto las señales de los canales análogos como de los canales digitales puedan ser vistos.

Ballesteros dijo que explicarle a la población hispana qué tipo de caja convertidora deben comprar es un dolor de cabeza. La conversión del formato analógico al digital es un tema de por sí espinoso, y explicarle a la gente que hay distintos tipos de convertidores es más aún.

Si una persona compra el convertidor equivocado, sólo podrá ver los canales que se pasaron al formato digital, y no los de baja potencia que siguen siendo análogos.

Además, si el consumidor tiene televisión por cable y se ahorra el problema de comprar un convertidor, aún así no podrá ver los canales de baja potencia ya que la televisión por cable no quiere pasarlos.

Ballesteros dijo que ahora están peleando en Washington para que se aprueben las medidas necesarias para que los canales de baja potencia puedan ser vistos en la televisión por cable.

De lo contrario, el impacto de la conversión al formato digital será drástico. Los canales chicos perderán audiencia y más dinero, ya que es poco probable que todos sus consumidores compren la caja convertidora que necesitan para poder verlos.

"Vamos a ver qué pasará el 18 de febrero," dijo Ballesteros. "Estoy segura que recibiremos muchas llamadas de personas preguntando por qué ya no pueden ver la novela".

Federica Narancio, para la Voz de América
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