Los húngaros votaron abrumadoramente a favor de la abolición de los pagos por servicios de salud y en las universidades, en el referendo efectuado el domingo.
Se trata de un fracaso para el gobierno, liderado por los socialitas, en sus intentos de aplicar una reforma económica.
Con casi todas los votos contados, más del 80 por ciento de los electores optaron por rechazar los pagos para visitas médicas y la instrucción universitaria.
El primer ministro Ferenc Gyurcsany afirmó que el gobierno respeta el resultado del referendo, una victoria para la oposición.
Fidesz, el principal partido de oposición, comenzó a promover la consulta en 2006, luego de fracasar en sus exigencias por deponer a Gyurcsany, aunque una serie de problemas legales retrasaron la votación.