La ex Primera Ministra pakistaní Benazir Bhutto frecuentemente decía que enfrentaba una amplia gama de enemigos y hablaba de complots de Al Qaeda y el Talibán, para asesinarla.
Grupos pro-talibanes decían que querían matarla por su campaña para eliminar el extremismo islámico en Pakistán.
En un correo electrónico enviado a su portavoz estadounidense, Mark Siegel, hace dos meses, Bhutto dejó claro que el presidente paquistaní, Pervez Musharraf, sería el responsable de cualquier hecho de violencia en contra de ella.
Bhutto se refirió a la negativa del gobierno a su solicitud de medidas de seguridad adicionales.
Siegel reenvió el correo electrónico a Wolf Blitzer, anfitrión del programa Situation Room, de la red televisiva CNN, con instrucciones de que sus contenidos solo serían dados a conocer en caso de la muerte de Bhutto.
Bhutto también afirmaba que algunos de los viejos enemigos políticos de su familia, incluyendo algunos funcionarios del actual gobierno, podrían estar involucrados en atentados contra su vida.
El padre de Benazir Bhutto fue ahorcado por el General Zia ul Haq, después de un golpe militar, y dos de sus hermanos murieron en circunstancias sospechosas, durante la década de 1990.
Después del ataque de octubre, en Karachi, las autoridades pakistaníes instaron a Bhutto a reducir sus apariciones públicas debido a lo difícil que era garantrizar su seguridad.
Bhutto decía que el gobierno no hacía lo suficiente para protegerla.