Afganistán se encuentra en el segundo de tres días de duelo nacional, este jueves, por las 68 víctimas de uno de los más mortales atentados suicidas en la nación, desde la caída del Talibán en 2001.
Las víctimas del ataque del martes en la norteña ciudad de Valgan fueron enterradas el miércoles.
Entre los muertos se encontraban seis legisladores afganos y niños de escuela, que formaban una fila para saludar a los legisladores que se encontraban de visita en una fábrica de azúcar.
Un avión militar transportó los cadáveres de los legisladores asesinados a Kabul, el miércoles.
En una conferencia de prensa, el presidente de Afganistán, Hamid Karzai, condenó el ataque calificándolo de un acto de terrorismo contra el Islam y la humanidad.
El presidente Bush llamó al presidente Karzai, el miércoles, para expresarle sus condolencias.
Un portavoz del Talibán negó la responsabilidad por los ataques, los cuales ocurrieron en la relativamente pacifica zona norte de Afganistán.