Naciones Unidas instó a extremistas afganos y a los criminales a detener los ataques contra los trabajadores de asistencia y a permitir el paso sin riesgos a las caravanas humanitarias.
El jefe de la misión de la ONU en Afganistán, Tom Keonigs, dijo, este lunes, que 34 trabajadores de asistencia han muerto este año, en el cumplimiento de sus obligaciones.
El alto funcionario agregó que insurgentes y pandillas criminales en Afganistán han secuestrado a decenas de trabajadores de ayuda y atacado a otros, y han saqueado a 55 caravanas de asistencia.
La mayoría de los trabajadores de asistencia afectados por los ataques son ciudadanos afganos.
Rick Corsino, director en Afganistán del Programa Mundial de Alimentos de la ONU, dijo que un notable aumento en los ataques contra las caravanas de alimentos significa que la agencia no ha logrado distribuir víveres por más de un mes entre las ciudades de Kandahar en el sur y Herat en el oeste.