El último rey de Afganistán, Mohammed Zahir Shah, fue sepultado, este martes, en una colina con vista a Kabul, la capital.
Las medidas de seguridad fueron estrictas para el funeral, encabezado por el presidente Hamid Karzai, y al que asistieron familiares y dignatarios extranjeros, incluyendo el primer ministro pakistaní, Shaukat Aziz y el secretario de Relaciones Exteriores británico, David Milliband.
El féretro del rey fue colocado junto al de su padre y su esposa, después que fuera llevado a una mezquita donde miles de personas llegaron para orar.
Zahir Shah, quien murió el lunes, a la edad de 92 años, fue calificado como “padre de la nación” y era considerado como una fuerza estabilizadora en Afganistán, asolada por años de guerra civil.
El rey Shah reinó durante 40 años, antes de que fuera depuesto en un golpe de Estado por su primo, en 1973.
Posteriormente, él abdicó desde el exilio en Roma, con lo cual puso fin a siglos de monarquía en Afganistán.
En 2002 regresó a su país, después de la invasión encabezada por Estados Unidos que derrocó al gobierno talibán.