La gobernadora del estado de Kansas, en la zona central de Estados Unidos, dice que la respuesta del gobierno a un tornado, que destruyó un pueblo y mató a por lo menos 10 personas, ha sido socavada por los actuales despliegues militares en Iraq.
La gobernadora Kathleen Sebelius dijo, el lunes, que las gestiones de respuesta están siendo entorpecidas por la escasez de camiones, helicópteros y otros equipos pertenecientes a la Guardia Nacional.
El portavoz de la Casa Blanca, Tony Snow, negó la afirmación, indicando que la Administración está haciendo lo que puede, y que el equipo arribaría si fuera necesario.
Sebelius dijo que el presidente Bush visitará el devastado pueblo, el miércoles.
Bush ya ha declarado a la población, área de desastre, y ordenó ayuda federal para su reconstrucción.
Funcionarios locales indicaron que dos víctimas más fueron encontradas, el domingo, entre los escombros de lo que una vez fue el pequeño pueblo de Greensburg, dos días después de que un poderoso tornado destruyera más del 90 por ciento de los edificios.
Trabajadores de rescate continúan la búsqueda de supervivientes y víctimas.
También se informó de la muerte de dos personas en condados vecinos.