En Copenhague, Dinamarca, un edificio de 100 años de antigüedad que está siendo demolido, es la causa de protestas de residentes ilegales que fueron expulsados.
Trabajadores comenzaron este lunes a derribar la llamada “Casa de la Juventud” en el vecindario Noerrebro, de la capital danesa, ante la mirada de decenas de jóvenes ubicados detrás de barreras policiales.
Algunos de los adolescentes lloraban y otros gritaban consignas, pero la policía dijo que no hubo nuevos actos de violencia como los ocurridos en las tres últimas noches después que autoridades expulsaron a los ocupantes del edificio.
Más de 650 personas fueron arrestadas, muchos de ellos extranjeros, entre el jueves y el sábado por la noche.
Los propietarios del edificio dicen que la estructura estaba seriamente dañada y que constituía un peligro para la salud.
El año pasado, ellos obtuvieron una orden judicial para expulsar del edificio a los ocupantes ilegales.