Louise Arbour, alta comisionada de las Naciones Unidas para los refugiados, exhortó a todos los países a tratar humanamente a presuntos terroristas, diciendo que los gobiernos deben prohibir la tortura y someter a los sospechosos a juicios imparciales.
Arbour expresó que los gobiernos deben “anclar en la ley” su respuesta al terrorismo. Manifestó gran preocupación acerca de informes, según los cuales, presuntos terroristas son mantenidos en centros secretos de detención.
Los comentarios de Arbour durante una sesión del nuevo Consejo de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, en Ginebra, parecen estar dirigidos a Estados Unidos.
Las declaraciones fueron formuladas después de informes, el año pasado, de que la CIA mantiene presuntos terroristas en centros secretos de detención en naciones europeas y otros países, para evitar la prohibición de la tortura en Estados Unidos.
La Unión Europea está investigando dichos informes. En respuesta, el embajador de Estados Unidos ante el Consejo, Warren Tichenor, reiteró lo que calificó como el compromiso de su país, de mantener sus obligaciones para erradicar la tortura, e impedir el tratamiento cruel, inhumano o degradante de los prisioneros en todo el mundo.