El principal funcionario de asistencia humanitaria de la Organización de las Naciones Unidas, Jan Egeland, huyó de un campamento de personas desplazadas en la convulsionada región sudanesa de Darfur, tras un aparente malentendido que volvió violenta una turba de manifestantes.
Egeland y su grupo tuvieron que huir del campamento de Kalma este lunes, cuando una multitud que exigía protección de los pacificadores de la ONU atacó a un intérprete.
Antes del incidente se había propagado el rumor de que el traductor tenía vínculos con las milicias janjaweed pro-gobierno, a las que se acusa de atrocidades.
El enviado de la ONU y socorristas de ayuda humanitaria huyeron a la cercana capital de Darfur del Sur, Nyala. Posteriormente, Egeland declaró a los periodistas que después que su grupo escapó, la turba atacó un control de policía de la Unión Africana y mató a un intérprete.
La visita del funcionario de la ONU ocurrió después a un acuerdo de paz entre la principal facción rebelde de Darfur y el gobierno sudanés. Otros dos grupos rebeldes no han aceptado el pacto.