La presidenta de Liberia, Ellen Johnson Sirleaf, aumentó la seguridad en Monrovia, luego de violentas demostraciones el martes.
La presidenta instruyó a la policía para que arreste y lleve a juicio a los instigadores de las protestas de soldados de anteriores gobiernos, que exigen pagos atrasados. Sirleaf también prohibió la venta callejera de gasolina en y convirtió en ilegal portar machetes durante la noche en la capital.
Los manifestantes lanzaron piedras y destrozaron los vehículos frente al edificio del ministerio de Defensa de Liberia, obligando a los pacificadores de la ONU a disparar tiros al aire y a lanzar gas lacrimógeno, para dispersarlos.
Las manifestaciones provocaron el cierre de los negocios y que las calles quedaran desiertas. Los ex soldados exigen salarios por sus servicios durante la larga guerra civil de Liberia, que finalizó en 2003.