El Papa Benedicto XVI dio inicio a la Semana Santa con una misa de Domingo de Ramos, al aire libre, dedicada a los jóvenes.
Rodeado por hojas de palma y ramas de olivo, el Sumo Pontífice celebró el primer Domingo de Ramos de su papado y llamó a los jóvenes de todo el mundo a purificar sus corazones.
Decenas de miles de personas asistieron a la misa en la Plaza de San Pedro. Misas y procesiones también se llevaron a cabo en todo el mundo, incluyendo en la Iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén, donde los sacerdotes y fieles marcaron la entrada triunfal de Jesús a la ciudad.
La semana santa culmina con el Domingo de Pascua, el día que, según los cristianos, Jesús resucitó.