Un juez federal renunció a una corte secreta, en Washington, la cual decide en cuanto a las solicitudes del gobierno para realizar intercepciones telefónicas y otras actividades de vigilancia de sospechosos en investigaciones de espionaje.
Esta semana, el juez James Robertson dimitió de su puesto como uno de 11 juristas nombrados a la Corte de Vigilancia de Inteligencia Extranjera. Informes publicados indican que la renuncia fue posterior a recientes noticias, según las cuales, el Presidente Bush ha permitido que investigadores de seguridad nacional tomen decisiones de vigilancia electrónica, por cuenta propia sin solicitar permiso de la corte.
El diario The Washington Post informó que al juez Robertson aparentemente le preocupa la legalidad de las acciones del presidente.
En otra historia, el diario capitalino informa que el juez que preside el tribunal secreto está preparando una sesión de información secreta, para que sus colegas discutan la polémica acerca del espionaje interno.
El Secretario de Justicia de Estados Unidos, Alberto Gonzales, defendió al presidente Bush y los decretos que ha emitido en cuanto a temas de vigilancia, argumentando que este fue un método mejorado de rastrear a sospechosos de terrorismo.
Opositores demócratas han solicitado que el Congreso investigue las órdenes del Presidente.