Familiares de más de 100 iraníes que murieron en el accidente protagonizado por un avión militar que se estrelló contra un edificio residencial afirmaron que las autoridades ordenaron la puesta en operaciones de la aeronave el martes, a pesar de repetidas advertencias del piloto respecto a su falta de confianza en el aparato.
El diario Hamshahri citó a la viuda de una de las víctimas señalando que el malogrado C-130 estuvo detenido en una pista de despegue en Teherán por tres horas el martes porque el piloto se negaba a hacerlo despegar.
Ella señaló que su marido le dijo por celular que habían reemplazado al piloto.
Un funcionario de otro periódico, confirmó las afirmaciones de la mujer, señalando al servicio persa de la Voz de América que le habían advertido por celular que los pasajeros que iban en el avión esperaban en la pista de despegue el cambio de piloto.
Las fuerzas armadas iraníes rechazaron las acusaciones y el gobierno iraní encargó una investigación.
La aeronave se estrelló contra un edificio de departamentos de 10 pisos minutos después de despegar, la tarde del martes, causando la muerte de sus 94 ocupantes y de por lo menos otras 22 personas que se hallaban en tierra.