Más de mil policías franceses fueron desplegados para controlar los disturbios que, por octava noche consecutiva, conmovieron los suburbios de París.
La policía dijo que los más recientes actos de violencia no fueron tan extremos como en noches anteriores.
Jóvenes prendieron fuego a unos 50 automóviles y dispararon contra vehículos policiales. No se informó de heridos.
Se informó que varios autos, en la ciudad de Dijon, también fueron incendiados. El jueves, el primer ministro francés, Dominique de Villepin, dijo que el gobierno no cederá ante los revoltosos.
Muchos de los jóvenes que participan en los disturbios pertenecen a la minoría nor-africana de Francia.
Algunos dicen que se siente enajenados debido al desempleo, la delincuencia, el racismo y la escasa educación y vivienda.