Autoridades están aumentando la presión sobre los habitantes de Nueva Orleáns que se han negado a dejar la devastada ciudad.
Miles de policías y soldados de la Guardia Nacional están completando sus actividades para evacuar a todos los que quieren salir, y ahora están volviendo su atención a quienes no han obedecido una orden obligatorio de evacuación.
Las autoridades calculan que entre cinco y seis mil residentes permanecen en Nueva Orleáns, a pesar de las contaminadas aguas de la inundación y varios incendios no controlados.
Las autoridades advierten que la cifra de muertos puede llegar a los miles, aunque hasta ahora se han encontrado menos de 200 cadáveres.
Veinticinco mil bolsas para cadáveres se han provisto para la operación de limpieza.
El jueves pasado, el presidente Bush promulgó una ley prometiendo cerca de 52 mil millones más dólares en ayuda a las víctimas del huracán Katrina.
El Presidente ha estado bajo presión por la lenta respuesta federal al desastre nacional.