Los iraquíes lloran este jueves la pérdida de casi mil peregrinos chiítas muertos en una estampida ocurrida el miércoles durante una procesión religiosa a través de un puente de Bagdad.
Carpas funerales han sido levantadas en los vecindarios chíitas de la capital, inclusive en el barrio pobre de la ciudad de Sadr.
Autoridades dijeron que muchas personas aún están buscando a sus desaparecidos seres queridos, y continúan extrayéndose cadáveres del río Tigris.
La estampida ocurrió cuando corrieron rumores de que entre la multitud había un atacante suicida con una bomba, lo que desató el pánico.
Mujeres, niños y ancianos estuvieron entre quienes fueron pisoteados o arrojados muriendo ahogados en el río.
Pero el corresponsal de la VOA en Bagdad dijo que algunos funcionarios iraquíes y personal militar estadounidense están cuestionando detalles del incidente.
En otro orden, fuentes militares estadounidenses dijeron que destruyeron un edificio en el Oeste de la ciudad de Husaybah usada por insurgentes para planear y lanzar ataques.