La nominación por parte del presidente Bush del conservador John Roberts, juez de una corte de apelaciones, al máximo tribunal de Justicia del país, ha sucitado reacciones encontradas.
El líder de la mayoría republicana en el Senado, Bill Frist, dijo que el juez Roberts es la clase de destacado nominado que enorguellece a Estados Unidos.
Otros varios prominentes republicanos también elogiaron al juez Roberts, incluyendo el senador John Cornyn, de Texas, quien citó que el jurista argumentó 39 casos ante la Corte Suprema.
Los demócratas, en la oposición, fueron menos entusiastas sobre la selección anunciada por Bush y prometieron cuestionarlo exhaustivamente durante las audiencias de confirmación.
El senador demócrata Charles Schumer, de Nueva York, dijo que no hay dudas de que el juez Roberts tiene excelentes credenciales jurídicas, pero destacó que se conoce poco sobre sus puntos de vista personales.
Schumer votó previamente en contra de Roberts para el puesto que ocupa en la corte de apelaciones, e indicó que el juez no respondió ciertas preguntas que se le hicieron.
Algunos grupos defensores del derecho del aborto han criticado la nominación e indicaron que el juez Roberts ha argumentado previamente a favor de derogar la ley Roe versus Wade, la decisión que legalizó el aborto en 1973.
La Unión de Libertades Civiles también expresó preocupación sobre algunas de las posiciones asumidas por el juez Roberts en relación con las libertades civiles.