La presidenta de las Filipinas, Gloria Arroyo, prestó juramento para su primer período completo en el cargo.
Antes de la ceremonia de investidura en la ciudad central de Cebú, Arroyo prometió usar su período para implementar amplias reformas económicas.
También se comprometió a reducir los programas de gastos gubernamentales que no funcionan y aumentar los gastos de los programas que sí lo hacen.
La presidenta Arroyo manifestó que tomará medidas enérgicas contra, según sus propias palabras, “funcionarios derrochadores y abusivos y vendedores de influencias”.
Arroyo fue elegida el mes pasado en una elección que la oposición reclama estuvo arreglada a su favor, pero la mandataria ha negado tales acusaciones.