Branko Crvenkovski asumió la presidencia de Macedonia y prometió continuar los esfuerzos de la ex-república yugoslava para unirse a la Unión Europea y la OTAN.
En su discurso Crvenkovski prometió fortalecer la tolerancia y la confianza entre las diferentes etnias en el país balcánico.
El principal partido de oposición boicoteó la ceremonia afirmando que hubo fraude.